A lo largo de la historia, el devenir de los acontecimientos ha hecho que determinados autores, que quizá en su época gozaron de fama y popularidad, hayan caído en el olvido o hayan sido forzados al ostracismo. Un caso clásico sería el del poeta y narrador estadounidense William Gilmore Simms quien, antes de la Guerra de Secesión, disfrutó de los laureles de la fama y la admiración de sus contemporáneos. Sin embargo, su apoyo a la causa confederada ha hecho de él un autor prácticamente olvidado hoy en día. El caso de Joseph de Maistre es similar, pues también se enmarca dentro del apoyo a las causas perdidas o, más concretamente, a las causas que, andando el tiempo, no han resultado las vencedoras. Su apoyo a la causa contrarevolucionaria (que no contrarrevolucionaria, como él mismo se encarga de aclarar) en el momento en que Europa se abría a la contemporaneidad social y política lo ha convertido en una isla en el pensamiento moderno, a pesar de que en su momento fuera un intelectual conocido y un pensador político respetado en los círculos conservadores. Como bien pone de manifiesto la Dra. Guerrero en su introducción, habría que esperar hasta 2007, para que la figura del senador saboyano volviera a los círculos académicos franceses, cuando Philippe Sollers escribió su ya clásico “Elogio de un maldito”.
La presente edición supone un revulsivo dentro del panorama español para todos aquellos dedicados a la historia del pensamiento europeo y a las letras francesas en particular. No solo nos encontramos ante una cuidada traducción, a cargo de Alejandro García Mayo, que permite al lector profano adentrarse en la compleja e interesante mentalidad de un hombre que dedicó todos sus desvelos para luchar por su ideología, aunque la historia acabara por tornarle la espalda; además destaca especialmente el prólogo introductorio de María Luisa Guerrero Alonso, que encuadra todo el texto en su contexto, aportando valiosa información que sirve para ampliar el conocimiento sobre la figura de Joseph de Maistre.
El mencionado prólogo, sabiamente construido, desde un aspecto formal, avanza de lo general a lo particular, y ofrece una visión global de la obra que presenta. Dividido en dos partes, la primera de ella se centra en la obra (Considérations sur la France en su versión original), su gestación y la repercusión que tuvo en la Europa de finales del siglo xviii, todavía conmocionada por los años de Terror de Robespierre y expectante hacia lo que el más moderado Directorio pudiera traer consigo. En esta primera parte, también, aparece una semblanza del autor, de su producción literaria y filosófica (donde, aparte de Considérations sur la France, cabría destacar su Les Soirées de Saint-Pétersbourg de 1821). A lo largo de estos párrafos, la Dra. Guerrero nos informa del devenir de de Maistre por las cortes europeas, buscando refugio y haciendo propaganda de su ideario, intentando así decantar la opinión de los príncipes reinantes hacia el lado del autoritarismo, que debía ser restaurado en Francia a la mayor brevedad posible en la figura de Luis XVIII. Más allá de la capital rusa, ciudades como Turín, Aosta, Lausana, Venecia o Cagliari sirvieron de hospedaje al saboyano y a su familia en su periplo. Otro de los puntos interesantes, remarcado por la Dra. Guerrero (aunque, como ella misma afirma, ya había sido ampliamente discutido por Jean-Yves Pranchère en su ensayo La philosophie de Joseph de Maistre publicado por Droz en 2004), es el periplo, junto con el geográfico, que sufrió la ideología de nuestro autor, pasando del liberalismo conservador en los primeros estadios de los sucesos de julio de 1789 al apoyo al autoritarismo a partir de 1792, cuando las tropas revolucionarias invadieron el ducado de Saboya.
De extremo interés también resultan las reflexiones del misticismo del pensamiento maistriano, en el que la lucha entre revolución y contrarevolución se asimila a la lucha ancestral y eterna entre Dios y el Diablo, entre el bien y el mal. A partir de ese punto comienza la que quizá es la parte más interesante de todo el ensayo, una parte de la que, desgraciadamente, carecen muchos estudios: un análisis comparativo. Todavía dentro de la primera parte de la introducción, la Dra. Guerrero relaciona la obra de Joseph de Maistre con la de otros contemporáneos suyos, así como con autores anteriores, que también se pronunciaron sobre el tema concreto de la Revolución Francesa o sobre el tema más general de la revolución o de la lucha entre Modernidad y Antiguo Régimen. Algunos de estos autores son Edmund Burke quien, con su Reflections on the Revolution in France (1790), se convertiría en uno de los primeros ideólogos europeos (fuera de Francia) en ofrecer sus reflexiones sobre un proceso inaudito. Más abstracta es la relación entre Joseph de Maistre y Blaise Pascal, tanto en términos cronológicos, pues hay más de una centuria entre ambos autores, como en contexto histórico e ideológico, pues Pascal fue testigo del ascenso del Absolutismo en Francia, mientras que de Maistre lo sería de su radical caída. Esta relación la sitúa la Dra. Guerrero en términos religiosos, al ser Pascal defensor del jansenismo (como pondría de manifiesto en su obra Les Provinciales 1656-1657), en oposición al jesuitismo de de Maistre. Por otro lado, existe la analogía entre los Pensées (1669) pascalianos como defensa del Cristianismo frente a la incredulidad de “les libertins” y la defensa a ultranza de la necesidad del Catolicismo para mantener el orden que hace Joseph de Maistre. Otro de los autores contemporáneos con los que de Maistre guarda cierta relación es con el pensador escocés David Hume (1711-1776) quien también dedicó parte de sus esfuerzos como filósofo, escritor e historiador a narrar el proceso revolucionario acaecido en Inglaterra durante el siglo anterior, en el que el saboyano ve un reflejo de lo que estaba pasando y de lo que podría pasar en la Francia de sus días. No en vano, el capítulo 11 de Considérations sur la France está dedicado íntegramente a la obra de Hume.
Ya en la segunda parte de la introducción, la Dra. Guerrero entra a valorar la influencia que las Considérations sur la France han tenido en autores posteriores, tanto del siglo xix como del xx. Los cuatro autores seleccionados para esta comparativa han sido Jules Barbey d’Aurevilly (1808-1889), Juan Donoso Cortés (1809-1853), Carl Schmitt (1888-1985) y Emil Cioran (1911-1995). Así, a simple vista, se puede apreciar el ascendente que Joseph de Maistre y su obra han tenido, trascendiendo el tiempo y el espacio, en determinados autores que han surgido en momentos muy concretos de la historia de Europa. Francés el primero, español el segundo, alemán el tercero y rumano el cuarto, todos ellos tienen en común que han vivido épocas especialmente convulsas para sus países y que todos se han decantado por el apoyo a posiciones tradicionalistas o conservadoras, ya sean estas el conservadurismo francés, la monarquía católica española, el nazismo alemán o la oposición al comunismo soviético. En este último caso resulta paradójico cómo el conservadurismo se torne en oposición a uno de los regímenes más autoritarios de la historia: el estalinismo. Así pues, esta parte, junto con la última sección de la anterior, constituye un ensayo en sí mismo, de gran valor para el estudioso o para el simple lector.
Por José Manuel Correoso Rodenas
Universidad de Castilla-La Mancha, España
--
Correo electrónico: